martes, 27 de octubre de 2015

Como llegó “El Son” a las Bandas Gigantes.



Por: Enrique Zayas Bringas
Amigos, para que el Son llegara a ser interpretado en las Orquestas y Bandas Gigantes, los talentos de la música cubana tuvieron que realizar verdaderas batallas, ante el empuje de la música norteamericana y los perjuicios que existían en la seudo república, contra todo lo autóctono y en especial contra la música.

Efectivamente, en las primeras dos décadas del siglo XX, existía en Cuba una avalancha de la música norteamericana, auspiciada por la gran cantidad de empresas que, procedentes de ese país, se establecían en toda La Isla.

Por otro lado, acompañados por una buena cantidad de turistas norteamericanos, llegaban a La Habana y a otras importantes ciudades de Cuba, orquestas procedentes de Los Estados Unidos que, en distintos lugares, interpretaban jazz, blue, fox trop, two step y otros géneros del norte.

Los turistas reclamaban ver y escuchar  nuevas maneras musicales, porque ya se imponía el Son en los septetos, la conga y la rumba en las fiestas populares, mientras el Danzón continuaba su camino natural.

De parecida forma, las Bandas Musicales, trataban de introducir la música cubana, aunque debemos recordar que en las primeras dos décadas del siglo pasado estaban arribando, también, casi un millón de europeos, principalmente procedentes de la península Ibérica.

Fueron entonces los músicos que trabajaban en los principales hoteles y cabaret habaneros, como eran el Casino Nacional, el Summer Casino y el Sans Souci, los que primeramente incorporaron el Son en sus repertorios orquestales, teniendo que trabajar en las desconocidas armonizaciones.

Mientras que entre  las primeras orquestas independientes que lo tocaron, se destacó la de Los Hermanos Palau, que fue una Banda Gigante que se fundó en el año de 1922. Sin embargo, la que le puso el sello a la interpretación del Son, fue la de Moisés Simón, que trabajando en el Hotel Plaza, interpretó, por primera vez, su creación, “El Manisero”, que rápidamente se popularizó en el mundo entero.

lunes, 12 de octubre de 2015

El Día de la Cultura Nacional





























Por: Enrique Zayas Bringas
El 20 de octubre celebramos un aniversario más de haberse declarado ese día como el de la Cultura Cubana, fecha en que se cantó por primera vez en la ciudad de Bayamo, el himno independentista que se convirtió en nuestro Himno Nacional.

Debemos comenzar por decir que la cultura de un pueblo, o de un país, es la que  identifica a la nación y expresa su identidad al compararla con otras nacionalidades.

Dentro de las expresiones que conforman nuestra cultura vernácula y que revelan nuestra nacionalidad, están las bellas artes, y entre ellas, se destaca la música, que revela gran parte de la  cubanidad.

Nuestra música, es como la del nuevo mundo o América, una resultante de la mezcla que se produjo cuando llegaron los europeos conquistadores de las pacíficas poblaciones pre-colombinas.

En el caso del archipiélago cubano, esta combinación se hace más complicada, por la gran afluencia de las culturas africanas y chinas, que fueron traídas en su mayoría por la fuerza, que se conjugaron también con otros posteriores europeos, principalmente franceses, dando como resultante una música de una riqueza inigualable.
  
La música popular cubana ha alegrado en el mundo a millones de corazones, y se ha tomado como referencia y origen para crear otras, con sus más de 100 géneros, variantes y estilos, que se identifican dentro de los siguientes segmentos:


  • La música afrocubana y de notable ascendencia africana.
  • La cancionística cubana, con sus distintos géneros.
  • La música guajira o punto cubano.
  • El danzón, con sus antecedentes y descendientes.
  • El son con sus variantes y estilos.
Cuando defendemos nuestra música, estamos  defendiendo también nuestra cultura, y a su vez significa  defender nuestra identidad nacional.

viernes, 9 de octubre de 2015

Vedette Dunia la Taína…


Por: Ismael Almeida
La joven Dunia Aguiar Rosas, oriunda de Güines, comienza su carrera artística a los 17 años como cantante lírica, interpretando piezas del popular cancionero cubano. La entonces promesa contó con la suerte de ser discípula de la profesora de canto  Zoila Gálvez y en  arte dramático de Eva Vázquez. 

Así la naciente estrella llega al Cabaret  “Sierra” donde comparte escenario con artistas de la talla de Celeste Mendoza, Los Memes, trío Tropicuba y la Lupe, luego convertida en todo una Vedette, esta monumental mujer conquista las pistas de otro también conocido cabaret como el mundialmente famoso Tropicana, el Habana Libre, el Riviera, el Parisién del Hotel Nacional donde trabajó con Pello el Afrokán y la popular orquesta de Los Van Van de Juan Formell…

En 1963 –cuenta- Guillermo Rubalcaba de su paso por el  Club Barbarán, donde se presentaba un Show con figuras como Los hermanos Bermúdez, Pepín Vaillant, Eddy Álvarez , Orlando Vallejo y Dunia la Taína.


La artista también dejó su impronta en la radio cubana particularmente en la emisora Radio Progreso en el programa de corte musical humorístico “Alegría de sobre Mesa”, que todavía se mantiene como unos de los programas insignes de la radio en la Isla, en la TV cubana trabajó con el Maestro Adolfo Guzmán, Trío Los Bravos, Fernando Álvarez y Tata  Güines 

Cuenta la propia Dunia que casi siempre cerraba el Show en los que trabajaba, y es que esta monumental mujer se encargaba a golpe de talento en dejar calentísima la pista, haciendo que el público emocionado, se levantara a bailar después de culminar el espectáculo, así es Dunia la Taína bien cubana y sandunguera.

Ayer en el “Delirio habanero” en la peña de Diana Rosa Suárez pude constatar el calibre de esta singular cantante, resulta que Jorge Alí, director del cuarteto Génesis, estaba celebrando su cumpleaños, y Dunia la Taína como muchos artistas allí presentes regalaron al homenajeado sus interpretaciones.















jueves, 1 de octubre de 2015

Como comenzó el son en La Capital.



Por: Enrique G. Zayas Bringas.
Distinguidos lectores, vamos a analizar el son de La Capital, La Habana, en nuestro empeño por demostrar que es de toda Cuba, y para ello debemos explicar  cómo en nuestra opinión, este género irrumpió en la urbe capitalina.

Debemos recordar que Las Hermanas Ginés, allá por el siglo XVI, tocaron en La Habana, aunque al tipo de música o tema, que le han llamado “El son de la Ma. Teodora” sea un mito, o un calco, pero no se puede negar que la agrupación existió y actuó en La Habana.

El asunto es, que cuando La Habana empezó a conectarse con Europa, llegaban a ella todos los músicos del resto del país, para conectarse con los pasajeros y tripulantes de los barcos que esperaban para partir en agrupaciones, mientras tanto se hospedaban en sus estancias, bares y cantinas, también aprovechaban para relacionarse con los músicos extranjeros que venían a intercambiar sus experiencias.

Esta es una de las reflexiones que hace imposible aceptar, que el son llego a La Capital, en las primeras décadas del siglo XX.



Otro argumento es que desde los comienzos del XVII, ya se habían creado por los carpinteros en la Dársena de La Habana, las clavijas de madera, que las utilizaban para fabricar los barcos, y los músicos de la época las convirtieron en Claves Xilofónicas, que aún son utilizadas para tocar el son.

El son desde hace muchos años, está presente en La Capital, los reportes y músicos que lo dieron a conocer formalmente, desde los primeros años de la República, estaban reconociendo y exponiendo lo que ya hacía mucho tiempo que se tocaba, lo que pasaba era que lo perseguían, porque decían las autoridades que era música de y para los negros.

Con esta sintética introducción, se adentró el son en La Habana, por todos sus barrios, y por otras ciudades y provincias próximas.