Por: Ismael Almeida.
Las
piedras rodando se encuentran, así conocí a Jaime San Feliú, joven chileno que
asegura que “la vida quiso que el fuese artesano”.
La
conocida Costanera de Valdivia, situada a la orilla del río, junto a la Feria Fluvial
donde se reúnen varios artistas, comerciantes y personas que ofertan atractivos
suvenires, paseos en embarcaciones y otras atracciones turísticas.
El
artista afirma que gracias a la música comenzó a viajar por Latinoamérica y en
Brasil aprendió a trabajar la artesanía de manera autodidacta.
Después
de hacerle unas de fotos deja de mirar el alambre que con precisión y paciencia
dobla con una pinza y me dice: ― Siento que con las bellas piezas que realizo
con mis manos hago sentir bien a la gente, y eso me gusta.
¿Jaime
cómo aprendiste? ―Mirando, sólo mirando y la creación personal vino después.
¿Has
participado o realizado alguna exposición? ―He participado en varias ferias en
Perú, Argentina, Ecuador, Chile. Respeto mucho el trabajo de los artesanos
peruanos, mexicanos y brasileños, pero me gusta más trabajar en la calle, estar
en contacto con la gente que le ofrezco mi trabajo y esfuerzo, donde cada pieza
es única porque no hay dos iguales.

¿Has
estado en FIART la feria internacional de artesanía que se realiza en La
Habana? ―No, en Cuba no he estado aún, pero algún día estaré y sonríe, este
artista que verdaderamente se siente Latinoamericano de pura cepa, y habla del
tatuaje que exhibe en su hombro derecho, al tiempo que me dice fíjate que sale
Cuba.
Jaime
explica a un joven mexicano, sobre la piedra fijada al collar de artesanía que
compra. El joven cliente parece conocer del tema y ambos intercambian
conocimientos, donde el artista con alta elegancia le muestra un nudo corredizo
para ampliar y estrechar el collar, donde no deja lugar a dudas de la pasión
que siente por las piedras y el trabajo que realiza.
Muy bueno hijo tu trabajo y muy lindo Dios bendiga tu fon
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