Las fuertes olas de 8 y 9 metros, asociadas al poderoso huracán Irma,
sorprendieron el pasado sábado 9 de septiembre a los incrédulos vecinos del
malecón habanero.
Las autoridades de la Defensa Civil habían advertido con tiempo a los
vecinos que salieran de sus casas y abordaran los ómnibus, ya listos, para
evacuarlos a lugares seguros. « ¡Que no se confiaran!», insistían, pues se
esperaba una fuerte penetración del mar.
Así sucedieron historias de personas que por negligencia fallecieron o
sobrevivieron a su peor pesadilla, como el caso de Natacha Esther Guillaron Savarí,
vecina de Marina 109 e/ Vapor y Príncipe.
Esther sobrevivió; afortunadamente no fue alcanzada por la furia de
las olas que se llevaron la pared de su casa y todas sus pertenencias.
Esther asegura que así estuvo hasta la 7:00 de la mañana del domingo, abrazada
a su perro en un trozo de barbacoa, hasta el momento en que un vecino pudo
recatarla.
Igual fue el caso de María y Lázaro, en la calle Escobar No. 54. «El
desplome de una pared rompió puertas y las furia de las olas no perdonaron casa
ni pertenencias», asegura Lázaro, indicando a la altura que llegó el agua.
En medio de su relato llega una vecina y le ofrece pescado.
Muchas son las historias de quienes lo perdieron todo por las furias
de los vientos y las olas del poderoso huracán que devastó comunidades enteras y
desfiguró islas del mapa del Caribe.
Los habaneros vecinos del malecón seguro no olvidarán la experiencia,
aun cuando Irma, afortunadamente, pasó lejos de aquí.
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