©Ismael Almeida
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Por: Ismael
Almeida
La buena
suerte me roso en esta tarde 2 de junio, cuando conocí a Mirian Pérez Hernández
una peculiar mujer dueña de una sensibilidad que solo los artistas más comprometidos
poseen. Comprendí casi desde el saludo que ella ama de un modo especial la
vida, a mi juicio como solo suelen hacerlo aquellos que sueñan con arrancar una
sonrisa a un niño, como me confirmó un poco más tarde.
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Mirian de
profesión contadora, nació con el talento y la sensibilidad artística bien
arraigada, la experiencia por las manualidades en su familia fueron encabezadas
por su mamá, una humilde mujer que cosía en una vieja máquina de lanzaderas
donde confeccionaba las ropas a la propia Mirian, en su niñez.
Miriam comenta que las Brujas de la buena suerte, vinieron a revolucionar y a romper
esquemas, pues al parecer no estaba equivocada, ellas gustaron y gustan, de su
experiencia en la calle cuenta con fervor cuando un niño salta de emoción por
sus bellas Brujas a la moda, reafirmando: — La alegría de ver los ojos de un
niño cuando se sorprende por una pieza, es un suero de rehabilitación que me
llena de energías, aumenta mi motivación por seguir creando, sin importar nada
más, ese es el gran premio.
La artista
comparte esta experiencia desde el año 2005, cuando la convocó el gobierno en
el municipio para crear un proyecto comunitario, ahí nació “Manualidades en el
barrio”, que a la fecha cuenta con varias ediciones donde hay resultados
positivos llevando algo de alegría a hogares y familias centro-habaneras, sobre
todo en aquellos tristemente célebres años 90 del llamado “período especial”
cubano del pasado siglo.
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Mirian
recuerda que por aquellos años la prostitución florecía, junto a los desmanes
inherentes a las crisis económicas, “Había que hacer de tripas corazón”; con
aquellas muchachas jóvenes en el barrio, a la artista le brillan los ojos como
al que realiza un acto heroico y dice: — Hoy muchas de esa muchachas tienen 20
años y se gana sus sustento con la confección de sus piezas y utensilios, con
la misma técnica aprendida durante aquellos primeros talleres, cuando aún no eramos un proyecto comunitario.
Mientras va
narrando las acciones; estoy recordando los sucesos más importantes de aquella
historia en la que también fui protagonista como muchos cubanos y recuerdo ahora
la frase del poeta, “Solo el amor engendra la maravilla”, es ahí el verdadero compromiso del artista con
su tiempo… Mirian sigue emocionada,
recuerda como disfruta entregar donaciones a los jardines infantiles y
hospitales adonde quiera que haya un niño que necesite una esperanza la artista
está dispuesta a llevarle alegría.
Aunque su
mérito no solo ronda en el pasado, pues en esos talleres que imparte en la
“Casa del Creador y el Artista” donde esta soñadora se realiza y multiplica su
potencial artístico, cada alumna es una satisfacción para ella, que sin
proponérselo se convierte en una hacedora de sueños y realidades para muchas
generaciones de infantes.
Si usted está
interesado en participar en el próximo taller, puede solicitar información a través
de los teléfonos: Casa del Creador y el
Artista. 78643773 La maestra Miriam. 78603614
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Que hermoso el trabajo y que bonita labor al compartir su arte con los mas necesitados.
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