Texto: María Victoria G.B
Fotos: Ismael Almeida
Entre narradores anduvieron hoy
los transeúntes del Centro histórico de la Habana Vieja durante el segundo día
del 4to Encuentro Internacional Cuentos para una añeja ciudad. Numerosos
espacios de la localidad estuvieron
invadidos por los cuenteros y sus historias, quienes no desaprovecharon la oportunidad
de interactuar con niños y adultos.
La mañana comenzó en el taller
con los abuelos de la hermosa y acogedora casa Habana 620. Coordinado
por la psiquiatra Berenice M. Soria y la psicóloga Mónica Silerio, ambas de México,
el apoyo musical de Daniel Alberto Hernández y los cuentos de Osvaldo Manuel
Pérez, de Cuba, los participantes tuvimos la oportunidad de conocer la vida de
los ancianos en el centro, las actividades que organizan así como sus
sentimientos en una etapa de la vida que corresponde a la tercera y cuarta
edad. Las saludables y amorosas relaciones familiares, el desarrollo y
participación en una vida social que les permita ejercitar sus facultades y sentirse
acompañados, así como la creencia en la posibilidad de una vejez alegre y
productiva resultaron expresiones planteadas en el taller y que convirtieron al
arte de narrar cuentos en un medio para llegar a obtener y potenciar los
necesarios estados de bienestar y sociedad.
Esta experiencia y la relación del narrador con las terapias de salud se profundizó en un conversatorio impartido por las terapeutas antes mencionadas y el narrador chileno Carlos Enrique Acevedo en la biblioteca Rubén Martínez Villena. Las damas, quienes dirigen el proyecto Atrapando Espacios en Juanajato, expusieron el trabajo en su región con niños que padecen autismo, desorden de la atención, síntomas depresivos y ansiedad, siendo muy interesantes los ejercicios creados a partir de la narración oral para lograr que el niño desarrolle más saludablemente sus capacidades de aprendizaje, de lenguaje y de relación con su medio, así como el trabajo con los padres para el tratamiento y comprensión de los padecimientos.
El caballero, miembro de la Fundación Apalabrar expuso cómo llegó a este trabajo con la palabra y sus experiencias desde la terapia y la sanación a partir de la creación de un estado de encuentro con el otro. Muy sugestivo le resultó al público su exposición sobre la práctica de la narración a bebés (6 meses- 3 años) a partir de investigaciones que evidencian una notable influencia en sus estados y en las posibilidades de favorecer sus iniciales habilidades.
La tarde constituyó un verdadero
derroche de cuentos. Las escuelas Simón Rodríguez y Camilo Cienfuegos así como
la Plaza de Armas, la Plaza Vieja, el Parque Simón Bolívar y otros sitios
fueron maravillosos espacios escénicos. La concepción que privilegió entre los
ejecutantes, algunos actores y en estrecha relación con la realización teatral,
no partió desde la ficción de un personaje que relata sino desde la exposición
de la primera persona quién, como dijera Acevedo, esculpe para el espectador la historia. Los realizadores propiciaron
la participación del público como cómplice de la ejecución del relato junto con
la música, la magia y los juegos. Todos asimilaron con ingenio las
intervenciones sorpresivas del medio y los participantes, por lo que se
convirtió en una verídica ejecución de teatro callejero, capaz de crear un
espacio lúdico siendo parte de una dinámica urbana siempre compleja de habitar
y nunca enteramente dominada o previsible.
El Café de Convivencia cerró la
tarde con más cuentos, música, agradecimientos e intercambio de experiencias
entre los invitados. Este segundo día del encuentro demostró sin dudas cómo el arte
escénico y particularmente la narración oral pueden servir de herramienta para
las sanación de sus propios participantes a partir de la creación de un vínculo
íntimo y tierno entre sus sujetos y las posibilidades que brinda su realización
para la investigación sobre la palabra escénica.
Ismael:
ResponderEliminarTe saludo con mucho cariño y te agradezco la mirada detrás de tus fotografías y el cariño con el que haces tu trabajo y con el que nos recibiste y arropaste a todos los visitantes.
Un abrazo desde México,
Janet Pankowsky
PD. Me robé una foto de tu blog y te agradezco de todo corazón el que así me hayas visto.