Por: Ismael Almeida
El Premio Nacional de Danza 2014 fue otorgado a la Primera Bailarina Silvina Fabars Gilall, este
martes 29 abril en acto celebrado a las cinco de la tarde en Teatro Mella de La Habana. El prestigioso
premio es otorgado por el Ministerio de Cultura y el Consejo Nacional de las
Artes Escénicas.
Artista, patriota y mujer de fe, es formadora de varias generaciones
de bailarines, una cubana de pura cepa que nos recibe y nos abre el corazón en
un dialogo donde asegura que cuando habla, no hay espacio para la mentira, todo
esto mientras saboreo el delicioso café Cubita,
en la sala de su casa.
Silvina recuerda que de niña quería ser cantante; desde su fantasía creaba
sus micrófonos y cantaba. Cuenta de cómo llegó a la capital en 1966, desde su
natal Santiago de Cuba, para presentarse en un casting convocado por Conjunto Folklórico
Nacional (CFN), colectivo donde hizo carrera representando a Cuba por los diferentes
escenarios internacionales en los que demostró su talento y empeño.
Fabars confesó estar muy contenta y satisfecha con su trabajo. Con 70
años cumplidos, esta incansable maestra sueña despierta y vibra en su afán de ayudar
a los jóvenes bailarines, en los que pone todas sus esperanzas.
La artista reconoce ser parte del proceso revolucionario cubano. No
olvida cuánto pasó para hacer realidad sus sueños, mientras abre los brazos
como si me conociese de siempre. Me dice en esa forma tan campechana
desbordante de alegría “¡Mi hermano, la Guajira llegó![1]”.
[1] La guajira fue el apodo que le obsequiara su comandante Fidel Castro en
uno de los tantos viajes que realizara integrando delegaciones artísticas.
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